«La baja de las tasas permite un mayor acceso al crédito, pero no hay mucha posibilidad de juntar lo que involucra el pie de por sí, por lo que con el Fogaes se concretiza ese mayor acceso a la vivienda», puntualizó Maturana.
Sin embargo, también hay que tener precaución al tomar en cuenta los otros aspectos que influyen en el mercado. Si bien hay más facilidades, fenómenos como la creciente inflación pueden traer dificultades.
«Más que la tasa, lo que más impacta en el dividendo es la inflación. Si ponemos una del 10% por ejemplo, con el actual nivel de la tasa, el dividendo tiene un reajuste del 14%. Y ante eso, los salarios no se reajustan como lo hace la UF. Hay que considerar las condiciones que pone la banca, que en estos momentos de incertidumbre son más restrictivas. Cosas como la edad, antigüedad laboral, el tipo de contrato o el nivel de renta hacen más difícil obtener un crédito», explicó el gerente de la inmobiliaria Uno y socio de la CChC, Thomas Müller.
Proyección
Más allá de las precauciones, el balance de los factores en general da lugar a proyecciones positivas. De mantenerse la tendencia en la tasa, se espera que pueda existir un alza en la compra efectiva de viviendas, cuyos réditos se puedan ver de forma concreta el año que viene.
«Lo que nosotros vemos de cara a lo que viene es que las tasas han ido bajando consecutivamente. No lo hacen a un ritmo que haga una gran diferencia entre meses, pero se trata de una tendencia positiva, por lo que creemos que este año las ventas debieran reaccionar levemente y que los primeros brotes verdes los podríamos mirar a inicios de 2024», proyectó García.
Pero en las proyecciones también hay aspectos que se deben observar con cuidado. El contexto de la crisis habitacional en la que la región no está bien posicionada, puede provocar un escenario en que la demanda supere en demasía a la oferta, y es algo en lo cual se debe actuar con prontitud.
«Si bien ha existido una disminución, el mercado en Antofagasta no se ha paralizado. El tema está en que entren nuevas obras, y ahí hay que afrontar el problema de la escasez de suelos para ejecutar proyectos inmobiliarios. Los precios se disparan con mucha demanda y poca oferta, y más si se continúan con las restricciones que señala el plan regulador», advirtió Müller.